Como ortopedia online queremos dedicar la publicación de este mes a los dedos en garra, una patología habitual en el campo de la podología que requiere de tratamientos específicos.
A modo de resumen, podemos decir que se trata de una serie de deformidades que se dan en los dedos del pie, causadas esencialmente por desequilibrios en las estructuras musculares y óseas. Las articulaciones afectadas se van deformando de forma progresiva hasta llegar a ser rígidas y con luxación de la articulación. La incidencia de las deformidades aumenta a medida que el paciente afectado va cumpliendo años. En cuanto el género, las mujeres suelen padecer este problema de dedos en garra con mucha más frecuencia que los hombres.
Las causas de los dedos en garra
Entre las causas de estas deformidades destacan por ejemplo el tipo de pie, los traumatismos previos, algunas enfermedades articulares, el tipo de calzado que se use con más frecuencia y las enfermedades neuromusculares e inflamatorias que se puedan padecer. En Ortopedia Plaza te insistimos en la necesidad de atajar el problema de los dedos en garra cuanto antes para evitar deformidades de carácter rígido y permanente. A veces, la parte interna de los zapatos roza contra las articulaciones de los dedos ocasionando callosidades o bursitis. En el área plantar del pie se sitúan las cabezas de los metatarsianos que soportan el peso de casi la totalidad del cuerpo. Ahí aparecen callos por presión, úlceras y dolor plantar que puede llegar a ser incapacitante. En esta fase, las deformidades hacen que los dedos se vuelvan rígidos, en flexión y sin posibilidad de estirarlos. Por eso se les llama “dedos en garra”, por la forma que adquieren.
En estos casos, recomendamos un calzado blando con espacio suficiente para los dedos y evitar zapatos muy ajustados y los tacones muy altos. También es recomendable realizar ejercicios de estiramiento de los dedos. A esto hemos de añadir un separador y un protector para el segundo dedo en garra. Es sin duda la opción más eficaz para separar el primer dedo y evitar que se siga subiendo el segundo creando el llamado dedo en garra. En casos de deformidad y dolor importante puede ser incluso preciso recurrir a la cirugía.