¿Por qué me duele la rodilla?: Gonalgia
El dolor en la rodilla sin haberse golpeado.¿Por qué me duele la rodilla?: Gonalgia
La mayoría de personas que consultan por gonalgia no han tenido un traumatismo reciente. En lugar de eso, lo que encontramos son sobrecargas, desequilibrios musculares o hábitos posturales que han pasado factura.
Durante jornadas largas de pie, caminatas extensas por superficies duras o entrenamientos mal estructurados, la articulación sufre microtraumatismos que se acumulan. Sumado a una musculatura poco trabajada, el resultado es un cóctel perfecto para que aparezca dolor en reposo, al caminar o incluso al estar sentado.
Tampoco podemos olvidar el impacto de la biomecánica. Una pisada pronadora, un valgo de rodilla o un mal apoyo del pie termina alterando la alineación, y cuando eso ocurre, el cartílago y los tendones de la rodilla empiezan a quejarse.
¿Dónde duele?
Localizar el dolor permite estrechar el diagnóstico. No es lo mismo una molestia difusa que un dolor punzante localizado en la parte interna. Cada región de la rodilla está asociada a estructuras específicas: meniscos, ligamentos, tendones, cartílago…
- En la cara anterior suele deberse a un síndrome femoropatelar. Común en quienes pasan muchas horas sentados o suben y bajan escaleras con frecuencia.
- Por dentro de la articulación, la famosa «pata de ganso» (donde se insertan tres tendones) suele inflamarse en personas con sobrepeso o debilidad muscular.
- El lado externo acostumbra a doler en deportistas, sobre todo corredores, por una sobrecarga en la cintilla iliotibial (también puede ser por lesión de menisco)
- En la parte posterior, es posible que el causante sea un quiste de Baker o una disfunción muscular.
Tratamientos
El tratamiento efectivo requiere un enfoque más amplio:
- Ejercicios de fuerza adaptados. No basta con caminar más o hacer sentadillas a lo loco. Hay que trabajar el cuádriceps, glúteos y estabilizadores de cadera de forma progresiva y controlada.
- Reeducación de la marcha y la postura, especialmente si hay mala alineación o dismetría entre las piernas.
- Terapia manual y técnicas fisioterapéuticas como electrólisis percutánea, punción seca o neurodinamia, si hay compromiso de tejidos blandos.
En algunos casos, se añade una ortesis de rodilla específica, que sirve como ayuda temporal o permanente, según el diagnóstico.
Usar una ortesis sin indicación puede hacer más daño que bien. Las rodilleras no son todas iguales y, aunque compartan apariencia, cada tipo tiene una función distinta. Aquí es donde el papel del técnico ortopédico se vuelve imprescindible.
Una buena valoración tiene en cuenta:
- La zona de dolor.
- El grado de movilidad.
- El tipo de actividad que realizas.
- La anatomía de tu pierna y rodilla.
Tipos de ortesis y rodilleras más comunes
- Rodilleras deportivas estabilizadoras, recomendadas para quienes practican ejercicio físico y necesitan un refuerzo durante la actividad.
- Con centraje rotuliano, diseñadas para controlar el movimiento de la rótula en casos de condropatía o subluxación.
- Unicompartimentales de descarga, útiles en fases avanzadas de artrosis, cuando hay sobrecarga en uno de los compartimentos articulares.
- Inmovilizadores o articuladas postquirúrgicas, usadas en fases de rehabilitación tras intervenciones.
. Las ortesis de rodilla adecuadas solo se venden en ortopedias. Allí es donde puedes encontrar productos con control sanitario, respaldo técnico y asesoramiento profesional.
En la ortopedia, además del producto, obtienes un ajuste personalizado, información sobre la duración, limpieza, sustitución de piezas y, muy importante, la posibilidad de que esté subvencionada por el sistema público de salud.
¿Son gratuitas? No, pero pueden estar financiadas
Aunque es habitual preguntar si la rodillera puede conseguirse gratis, la realidad es que no se entregan sin coste, a menos que haya prescripción médica y esté contemplada dentro del catálogo de prestaciones ortoprotésicas.
La financiación depende de:
- Comunidad autónoma.
- Tipo de ortesis prescrita.
- Diagnóstico específico y duración estimada del tratamiento.
En casos como artrosis severa, lesiones ligamentosas o tras cirugía, es habitual que el sistema sanitario financie un porcentaje significativo, aunque tú debas abonar una parte. Además, en la ortopedia sabrán decirte si el producto que necesitas entra en el catálogo y cómo tramitar la subvención.
El papel del técnico ortopédico
.
Cuando acudes con dolor de rodilla, es él quien te mide, valora cómo apoyas, cómo te mueves y qué nivel de soporte necesitas. Puede ajustar una ortesis, recomendarte un modelo específico y detectar si algo no encaja en tu forma de caminar o en tu alineación postural.
En muchos casos, gracias a ese asesoramiento, se evitan recaídas, complicaciones o compras innecesarias. Por eso, en vez de improvisar o copiar lo que ha usado otra persona, es más inteligente dejarse guiar por quien sabe interpretar el problema desde un enfoque clínico y técnico a la vez.
¿Qué rodillera es la mejor?
Esa pregunta aparece en todas partes: foros, consultas, redes. “¿Qué rodillera me recomiendas?”. Y aunque la intención es buena, la realidad es que no existe una rodillera universalmente mejor.
Todo depende del motivo del dolor, del grado de inestabilidad, del peso corporal, del tipo de actividad y de otros factores biomecánicos. Por ejemplo:
- Si padeces artrosis medial, la ideal será una descargadora que corrija el eje de carga.
- Con condromalacia rotuliana, lo más útil es un modelo con anillo de silicona rotuliana y tejido compresivo.
- Para recuperarte de una lesión ligamentosa, necesitas una rodillera con articulaciones laterales que limiten la torsión.
- Y si haces deporte con impacto (fútbol, crossfit), mejor apostar por una deportiva reforzada, con sujeción alta pero flexible.
ORTOPEDIA PLAZA® OrtoRent® reduciendo tus molestias desde 1975
Deja una respuesta