¿Dónde reparan mejor una silla de ruedas eléctrica: en tienda o comprada online?
Silla de ruedas eléctrica plegable vs fija:
Una de las primeras cosas que influye en el mantenimiento es el tipo de chasis. Las sillas de ruedas eléctricas plegables son más ligeras, prácticas para viajar o meter en el coche, pero su estructura tiene más puntos móviles. Eso implica bisagras, uniones y cables flexibles que pueden sufrir con el tiempo. Los técnicos sabemos que reparar una plegable requiere más precisión y repuestos específicos del modelo.
Por el contrario, las sillas de ruedas eléctricas fijas suelen ser más robustas. Tienen chasis de acero o aluminio rígido y un sistema de transmisión más sencillo. Si se estropea algo, es más fácil sustituirlo sin comprometer la estabilidad general.
Materiales:
No todos los materiales se comportan igual ante una reparación. En las sillas de ruedas eléctricas plegables, el carbono, el magnesio o el aluminio son habituales por su peso ligero. Sin embargo, el aluminio se deforma con facilidad si recibe un golpe fuerte, mientras que el acero, usado en modelos más pesados, resiste mejor el uso intensivo y los ajustes mecánicos.
En cambio, las sillas fijas suelen incorporar acero templado o aleaciones reforzadas que permiten soldaduras sin comprometer la estructura. Esto facilita las reparaciones de chasis en ortopedias especializadas. Si intentas hacer una reparación casera o en un taller no autorizado, es fácil que el material pierda rigidez o que se altere la alineación, algo que repercute directamente en la seguridad del usuario.
Recambios originales: por qué solo las ortopedias los garantizan
Aquí es donde se marca la gran diferencia entre comprar en una tienda online genérica o en una ortopedia. Los distribuidores oficiales de marcas como Sunrise Medical, Teyder o TotalCare trabajan con recambios originales, certificados por el fabricante. Eso significa que las piezas son exactamente iguales a las del montaje inicial, con la misma garantía y compatibilidad.
Cuando compras una silla de ruedas eléctrica por internet, especialmente en páginas que no son ortopedias, puedes encontrarte con recambios genéricos. A veces funcionan bien, pero otras provocan fallos eléctricos, ruidos o incluso pérdida de autonomía. En el peor de los casos, el fabricante puede negarse a cubrir la garantía por haber usado piezas no originales.
Soporte técnico y servicio posventa:
El servicio técnico es, probablemente, el punto más crítico. En una ortopedia física, puedes llevar la silla, explicar el problema y, en muchos casos, tener un diagnóstico en el momento. El técnico puede ver si el fallo viene del motor, del joystick, de la batería o de una mala conexión. En cambio, si la compra fue online, tendrás que gestionar todo por correo electrónico o teléfono, enviar vídeos o incluso mandar la silla a otra ciudad para su revisión.
Y aquí está el detalle: el coste del transporte corre muchas veces a cargo del cliente. Las sillas eléctricas no son ligeras; una plegable puede rondar los 25-30 kg y una fija, más de 50 kg. Enviar eso por mensajería no solo es caro, también arriesgado. He visto casos de sillas que llegan peor de lo que salieron, simplemente por el mal manejo durante el envío.
Atención personalizada:
Quien haya pasado por una ortopedia sabe que no solo te venden una silla; te asesoran. Preguntan cómo la usarás, si necesitas respaldo reclinable, ruedas antivuelco o control de velocidad. Esas conversaciones, que parecen simples, son las que determinan que la silla de ruedas eléctrica te dure años sin fallos.
Cuando compras online, nadie te mide, ni revisa la postura, ni calibra el joystick según tu tono muscular. Eso se nota. Una silla mal ajustada no solo se desgasta antes, también puede generar lesiones por mala postura o vibraciones excesivas. Las ortopedias trabajan con técnicos que conocen al detalle cada modelo y sus ajustes posibles, lo que se traduce en menos averías a largo plazo.
Comparativa práctica: ortopedia vs tienda online
Una persona compra una silla de ruedas eléctrica plegable de una marca reconocida en su ortopedia local. Al cabo de un tiempo, la batería pierde capacidad. Lleva la silla al taller, el técnico verifica el fallo, pide la batería original y en unos días está solucionado. Garantía intacta, sin costes de envío ni esperas interminables.
Otro usuario, por ahorrar algo de dinero, compra una silla similar en internet. Cuando nota que la batería falla, intenta reclamar. El vendedor pide vídeos, fotos y números de serie, y al final le dice que debe enviarla al servicio técnico de otra provincia. Entre transportes, esperas y piezas no originales, acaba pagando más que si la hubiera comprado en la ortopedia.
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