¿Cuál es la mejor silla de ruedas para la playa?

Cicha joven en silla de ruedas por la playa para poder bañarse

¿Cuál es la mejor silla de ruedas para la playa?

¿Qué es exactamente una silla de ruedas para la playa?

Una silla de ruedas para discapacitados de playa no es una silla convencional adaptada, ni una versión “veraniega” de las de paseo. Es un equipo especializado con ruedas anchas, materiales resistentes a la sal y estructuras que no se deforman ni corroen con el sol o el mar.

En la mayoría de los casos, hablamos de sillas anfibias: permiten el desplazamiento por arena seca o mojada, y algunas incluso la inmersión parcial en el agua, manteniendo al usuario seguro y sujeto. Es decir, son sillas que sirven para disfrutar del mar sin riesgos, siempre acompañadas, porque casi todas requieren un cuidador que empuje.

 

¿Para quién está pensada una silla de ruedas de playa?

Este tipo de silla está diseñada para personas con movilidad reducida: desde pacientes con lesiones medulares hasta personas mayores con problemas de equilibrio, pasando por usuarios con enfermedades neurológicas o musculares. También se utilizan mucho en residencias, asociaciones de discapacitados, hospitales de día y centros de rehabilitación.

La mayoría necesita a alguien que las maneje. Por eso, también hay que tener en cuenta la experiencia del cuidador. No basta con empujar: hay que hacerlo con seguridad, comodidad.

 

Características clave de una buena silla de ruedas acuática

  1. Ruedas todoterreno

Ruedas gruesas, flotantes y de gran diámetro. Cuanto más anchas, más superficie de apoyo y menos hundimiento. Las mejores llevan ruedas de poliuretano o neumáticas de baja presión que se deslizan bien incluso en arena seca.

  1. Estructura anticorrosión

Nada de acero normal ni componentes metálicos sin tratar. Estas sillas deben resistir la sal, la humedad, el sol y los cambios de temperatura. Aquí triunfan el aluminio anodizado, el acero inoxidable marino y los polímeros técnicos.

  1. Flotabilidad controlada

Algunos modelos permiten la entrada al mar. No es para nadar, pero sí para disfrutar del agua de forma segura. Aquí es clave que la silla tenga flotabilidad parcial y elementos de sujeción confiables.

  1. Seguridad

Arneses, cinturones, apoyabrazos envolventes y frenos eficaces. Sin esto, mejor no arriesgarse. La silla debe dar estabilidad en todo momento, dentro y fuera del agua.

  1. Ergonomía y confort

Reposacabezas ajustable, asiento transpirable, soporte lumbar. Las mejores sillas están pensadas para estar un buen rato en ellas sin molestias.

Consejos antes de decidir

  • Consulta con un técnico ortopédico. Hay diferencias entre modelos, y no todos sirven para todos los cuerpos o situaciones.
  • Pregunta por ayudas públicas. Muchas comunidades tienen programas de accesibilidad en verano que cubren parte del coste.
  • Piensa en el transporte. Algunos modelos desmontan por completo, otros requieren más espacio.
  • Prioriza la seguridad. No escatimes en cinturones, frenos y estabilidad.
  • No improvises. Estas sillas no se deben fabricar artesanalmente ni adaptar a partir de modelos convencionales.

 

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